CUARTA SECCIÓN
Biografía de la Hermana Lucía
- 1907 – El 28 de marzo, nace en Aljustrel, parroquia de Fátima, municipio de Ourém, siendo registrada como nacida el 22 de ese mes. El 30 de marzo es bautizada en la iglesia parroquial de Fátima.
- 1913 – Hace su primera confesión y su primera comunión (administrada por el Padre Cruz, que asumió la responsabilidad, ya que sólo tenía seis años).
- 1915 – Comienza a pastorear con sus primos, Jacinta y Francisco.
- 1915-1916 – Apariciones del Ángel.
- 1917 – Apariciones de Nuestra Señora.
- 1917-1921 – Bajo la protección del obispo de Leiria, Monseñor José Alves Correia da Silva, varias familias ilustres reciben a Lucía en sus casas, dándole alguna instrucción: Dña. Assunção Avelar, en Lisboa; una amiga del canónigo Formigão, en Santarém.
- 1921 – El 16 de junio se despide de Cova da Iria y parte hacia Porto, al Asilo de Vilar de las Hermanas Doroteas, donde comienza a usar el nombre de Maria das Dores.
- 1925 – Es confirmada por el obispo de Leiria, en la capilla de la Quinta da Formigueira, en Braga. Ese mismo año ingresa en el Instituto de Santa Dorotea en España.
- 1925-1929 – Apariciones en Pontevedra y Tuy.
- 1928 – El 3 de octubre hace su profesión de votos temporales.
- 1934 – El 13 de octubre profesa los votos perpetuos.
- 1935-1941 – Por orden del obispo de Leiria, escribe sus primeras cuatro memorias.
- 1946 – En mayo, vuelve a Portugal y visita por primera vez Fátima, identificando los lugares de las apariciones del Ángel. Se aloja en el colegio de las Hermanas Doroteas en Sardão, Vila Nova de Gaia.
- 1948 – El 25 de marzo entra en el Carmelo de Coimbra, donde permanece hasta el final de su vida.
- 1949 – El 31 de mayo hace su profesión solemne como carmelita. A partir de este año, escribe sus dos últimas memorias y el libro “Apelos da Mensagem de Fátima”. Permanece enclaustrada, habiendo salido sólo por motivos de salud, para cumplir con sus deberes civiles y visitas a Fátima, con motivo de las visitas del Santo Padre y por orden de Su Santidad.
- 1967 – El 13 de mayo, va a Fátima para encontrarse con el Papa Pablo VI.
- 2000 – Con motivo de la beatificación de sus primos, Francisco y Jacinta, acude por última vez a Fátima, donde se encuentra con el Papa Juan Pablo II, a quien pide permiso para visitar los lugares de su infancia y los sitios de las apariciones.
- 2005 – Muere el 13 de febrero, siendo enterrada en el Claustro de las Carmelitas.
- 2006 – El 19 de febrero, su cuerpo es trasladado al Santuario de Fátima.
QUINTA SECCIÓN
Vitrina 9
Foto de fondo:
La Hermana Lucía haciendo un rosario.
Como carmelita, Lucía de Jesús ocupó su vida diaria con múltiples tareas, aunque dedicó gran parte de su tiempo a la correspondencia.
La formación que había recibido desde muy temprana edad incluía, además de la preparación escolar, costura, bordado, dibujo, pintura, música y cocina.
Tenía una aptitud especial para el bordado, tarea que a menudo realizaba con gran perfección.
En el Carmelo de Santa Teresa también hizo relicarios de sus primos Francisco y Jacinta y rosarios, como parte de su labor de difusión del mensaje de Fátima.
Organizó álbumes de sellos, que desprendía de los sobres que le llegaban de todo el mundo, y de fotografías, coleccionando, con especial atención, fotos de su familia, de Fátima y de sus encuentros con los Santos Padres.
Vitrina 10
Objeto expuesto:
- Hábito
Según las indicaciones de Santa Teresa, el hábito debía ser pobre y austero, de tela marrón.
El hábito propiamente dicho se componía de la correa, el escapulario sobre la toca y el velo negro. En ocasiones más solemnes se añade un manto blanco.
Los carmelitas deben llevar el hábito de su Orden como signo de consagración y como testimonio de pobreza (Constituciones, n.º 95).
Vitrina 11
Foto de fondo:
El féretro de la Hermana Lucía.
Durante 57 años Lucía de Jesús vivió en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, compartiendo su vida cotidiana con la Comunidad.
El 13 de febrero de 2005, Nuestra Señora vino a llevársela al cielo, como había prometido.
Durante un año estuvo enterrada en el claustro del convento, y fue trasladada a Fátima el 19 de febrero de 2006.
Desde entonces su cuerpo descansa en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario junto a sus primos Jacinta y Francisco.
Por concesión especial del Santo Padre, Benedicto XVI, su proceso de canonización se inició en 2008.
Objetos expuestos:
- Corona de flores
Corona de orquídeas, realizada por las Monjas Carmelitas, y colocada en la cabeza de la Hermana Lucía, cuando su cuerpo estaba en cámara ardiente, en el coro de la iglesia del Carmelo de Santa Teresa. - Mantilla
Mantilla que hizo a ganchillo, con lana de las ovejas del rebaño de su hermana mayor, Maria dos Anjos. - Camisón
Camisón y toca, que llevaba cuando murió. - Escapulario con crucifijo
Escapulario de Nuestra Señora del Carmelo y Crucifijo, que mantuvo cerca de ella hasta la hora de su muerte. - Crucifijo
Crucifijo que la Hermana Lucía besó antes de su muerte el 13 de febrero de 2005. - Caja de hostias
Caja de hostias, a través de la cual recibió la comunión, en la celda, durante los últimos meses de su vida. - Gafas
El último par de gafas que usó. - Bendición
Bendición enviada por el Papa Juan Pablo II, vía fax, el día de su muerte, el 13 de febrero de 2005. - Reloj
Reloj de su uso personal. Marca la hora de su muerte.
SEXTA SECCIÓN
Vitrina 12
A lo largo de su vida, la Hermana Lucía tuvo el privilegio de reunirse con algunos de los más altos dignatarios de la Iglesia, especialmente con los Santos Padres Pablo VI, en 1967, y Juan Pablo II, en 1982, 1991 y 2000.
En 1977, el cardenal Albino Luciani, proclamado un año después Papa Juan Pablo I, la visitó en el Carmelo de Santa Teresa. Lo mismo ocurrió en 1996 con el Papa Benedicto XVI, entonces cardenal Ratzinger.
Objetos expuestos:
Ofrendas de varios papas la Hermana Lucía.
Ofrendas de Juan Pablo II:
- Sotana llevada por el Santo Padre.
- Casulla con la que el Papa celebró en el Vaticano.
- Imagen de Nuestra Señora de Fátima.
- Los rosarios
- Medallas conmemorativas de los 20 y 23 años de Pontificado.
SÉPTIMA SECCIÓN
- Celda
Réplica de la celda de la Hermana Lucía que se encuentra en el interior del claustro del Carmelo. Todos los objetos expuestos son de su uso personal.
La celda es el pequeño “santuario” de la monja carmelita, un lugar privado y privilegiado para el encuentro privado con Dios.
El Carmelo está formado por varias celdas, células de un único cuerpo que es la comunidad monástica.
La Regla carmelita prescribe que “cada uno tiene una celda individual y separada” (Regla n.º 5).
A lo largo del día, el carmelita permanece allí la mayor parte del tiempo, saliendo sólo para el trabajo que lo requiera y para los actos comunitarios, como el rezo de la Liturgia de las Horas y el recreo.
El horario diario establece una “hora de celda” dos veces al día, un tiempo de soledad y silencio, ocupado en algún trabajo manual, en la lectura y la escritura, o en la oración, como determina la Regla: “Que cada una permanezca en su celda, meditando día y noche la Ley del Señor” (Regla n.º 8).
Leyenda:
Al igual que el dormitorio del Carmelo de Santa Teresa, la celda de la Hermana Lucía se distingue por la sobriedad y la pobreza.
El mobiliario sólo incluye una cama, una mesa, un banco y una cruz, el símbolo de la “cruz” que cada uno debe llevar con amor y alegría a semejanza de Cristo.
Las numerosas cartas recibidas la obligaron a disponer de una máquina de escribir para poder responder a una media de 20 cartas diarias.
Tras la caída del Muro de Berlín, un portugués residente en Alemania le regaló un rosario, hecho por él, con trozos del propio muro. Este gesto fue muy apreciado y la Hermana Lucía decidió guardarlo en su celda.
También se expone una réplica de la representación oficial que evoca las visitas de Nuestra Señora a la Hermana Lucía en su celda carmelita. La obra original, colocada en su celda del Carmelo, es de un artista de Coimbra, Francisco Correia de Almeida, un óleo sobre lienzo de 230×160 cm.